jueves, 9 de septiembre de 2010

Enchufes y conectores en el hotel

A partir de ahora, nada de llevarse a una pilingui al hotel a echar el casquete, te podrían denunciar por tener sexo en un lugar público. En los hoteles que hagan lo que quieran. He estado en muchos hoteles, casi todos de  o  estrellas, y no me ha pasado casi nada de lo que dice, excepto lo de los enchufes y las redes wifi, que es verdad, pero: Ya empiezo a entender por qué la llaman "Costa Dorada"

Yo tengo claro que irme con la cria aun bar y que este incordiando no es lo suyo, ya que a mi me molesta cuando estoy en un sitio y los crios estan berreando, corriendo, o haciendo cosas de crios, lo peor es que muchos padres en esas situaciones pasan de todo, a mi como no me gusta prefiero no ir.

Era una Las Vegas diferente de aquella en la que Uri y habian crecido. Los sesenta habian visto la cumbre del crimen organizado en dicha ciudad, cuando  Kennedy habia encabezado la lucha para limpiar Nevada de esa lacra, y los veteranos se largaron. Pero ninguna investigacion federal podia relacionar a Mike con el sindicato para el que habia trabajado. Se habia regenerado la noche que  nacio. Lo habia hecho por ella. Y la boda del siguiente sabado, que costaria cientos de miles de dolares, era por ella. No quiero volverte a ver fuera de lugar. parecia desconcertado. Y ligeramente ofendido.

Linda Delgado. Aunque nunca dejaba tirados a los clientes, su vida privada habia perdido el norte. Cada vez eran mas frecuentes las ocasiones en que tenia que llevarsela a rastras de alguna reunion social en la que se habia puesto agresiva y antipatica. Podia ser muy ofensiva, sabia encontrar el punto debil de las personas y era capaz de criticar con una crueldad despiadada o incluso amenazar a cualquier mujer que intentara eclipsarla. Si se daba el caso, la atacaba con sana y al dia siguiente no mostraba el mas minimo remordimiento. Entretanto acumulaba facturas de su floristeria favorita porque tenia que enviar carisimos ramos a sus anfitriones y a los invitados a los que habia ofendido. Muchos se limitaban a decir « es asi», pero a no le parecia una buena excusa. No se puede disculpar una groseria con el argumento de que uno siempre ha sido un maleducado.

El piano solo lo escucha quien entiende de el interrumpio la gobernanta Una muchacha como tu nunca sera bienvenida a los ensayos del senorito.

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